
En los meses recientes ha aumentado la presencia de nuevas aplicaciones, actividades en múltiples ramos y sistemas educativos para al final dar con la imperturbable sentencia: "El cerebro o es un ordenador, se sigue que no hay manuales de instrucciones que permitan programarlo, aunque esto implique renunciar a titulares sensacionalistas o eslóganes de impacto".
EN LA MENTE DEL NIÑO.
El cerebro en sus primeros años
COTRUFO, Tiziana
Traducción de Juan Escribano.
Editorial Salvat
Al igual que el cerebro, el ordenador dispone de pequeñas unidades funcionales, distribuidas aquí y allá en sectores especializados y todas ellas conectadas a través de un sistema de cableado complejo que asegura su interacción. Como nosotros, recibe estímulos del exterior por medio del teclado o de otros dispositivos externos, que elabora para proporcionar respuestas y cumplir las órdenes.
La diferencia con el cerebro del niño , que está en constante evolución, no podría ser más evidente. El niño de cinco años es capaz de desarrollar funciones porque le proporcionamos contenidos adicionales y porque su cerebro se ha diferenciado y las conexiones se han modificado.
PLASTICIDAD CEREBRAL
La plasticidad cerebral es un mecanismo evolutivamente desarrollado con la finalidad de que los seres humanos se adapten. funciona mejor en la edad temprana
Existen momentos más favorables para el aprendizaje en la mayor parte de los procesos cognitivos y sensoriomotores que consisten en ventanas temporales relativamente pequeñas en cuyo periodo es más fácil que el cerebro se modifique desde un punto de vista estructural y funcional.
Las experiencias que vivirá el recién nacido a partir de que abandona el vientre, contribuirán sustancialmente a configurar el número y el tipo de conexiones en su cerebro. Estos intervalos se abren posterior al nacimiento y se cierran en diversos momentos hasta la adolescencia.
NEURONAS ESPEJO
Cuando observamos a alguien ejecutando una acción estas se activan exactamente como si fuéramos nosotros quienes las estuviéramos llevando a cabo, han puesto en relieve el papel de la imitación y la empatía en las capacidades intelectuales y sociales Comprendemos a los otros no pensando, sino sintiendo.
Poseemos un sustrato neurobiológico para comprender, del mismo modo que escuchando hablar a mamá en tono afectuoso se aprende el lenguaje, que mirando coser a la abuela se aprende a formar tejidos y que viendo a alguien feliz nos alegramos.
EMOCIONES.
Las vías nerviosas que consolidan la memoria pasan por el filtro de las emociones. Si una experiencia produce una emoción, generará un recuerdo más duradero. Nuestras identidades, están definidas por los caracteres que heredamos, así como por las experiencias y las emociones que experimentamos dan forma al modo en que percibimos, a cómo nos expresamos y a las respuestas que despertamos en los demás. Las emociones, más que destruir, organizan el pensamiento racional.
Participan en el desarrollo correcto de la racionalidad, de nuestro juicio moral acerca del bien y del mal
Hasta la tristeza, que concebimos como una emoción poco productiva e inerte, puede empujar a los individuos a reaccionar ante una pérdida y aprender de esta.
PLASTICIDAD CEREBRAL, NEURONAS ESPEJO Y EMOCIONES son las tres características esenciales en el proceso de aprendizaje cuando se trata de analizar el cerebro del niño.
Resulta necesario desde la perspectiva de la neuroeducación, es decir, de la aplicación de los conocimientos de la neurociencia para dar valor evidencias obtenidas en la investigación y para desarrollar los métodos de enseñanza más adecuados, preciso, destruir las neuromitos que la sociedad ha creado y buscar todo cuanto de verdadero hay en el ámbito de la investigación sobre el cerebro para facilitar no solo el conocimiento, sino también, la felicidad que el conocimiento da y eso si que significa aprender.
Analogía imperfecta: si el cerebro no es un ordenador, se sigue que no hay manuales de instrucciones que permitan programarlo, aunque esto implique renunciar a titulares sensacionalistas y eslóganes de impacto.
Si hay una idea popular y extendida en la neurociencia, la red de centenares de miles de millones de células nerviosas que se forman durante el desarrollo embrionario y en el curso de la infancia y la adolescencia que hace a cada uno de nosotros un ser único y distinto a los demás.
No existen fórmula mágicas para un correcto desarrollo, sino cuatro ingredientes esenciales y necesarios que deben estar presente y acompañar durante la infancia:
Afecto y cuidado, ambiente estimulante y tiempo
Aprender a manejar el aburrimiento puede llevar a un niño a establecer importantes conexiones sinápticas que le permitirán ser más creativo o concebir ideas.
Si deseas obtener más detalles sobre su trabajo, puedes consultar su perfil en la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona
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